Dijo Jesús otra parábola sobre la necesidad de orar siempre y no renunciar:

<<Había en una ciudad un Juez que ni temía a Dios ni respetaba al Hombre. Había en aquella ciudad, una Viuda la cual le imploraba:

"Haga justicia contra mi adversario."

Él, no quiso por algún tiempo, pero después, se dijo a si mismo:

"Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto al Hombre, sin embargo por esta viuda, me es muy molesta, le haré justicia, no sea que viniendo a cada rato me agote la paciencia."

Oigan lo que dijo el Juez injusto. ¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos que le claman día y noche?, ¿tardará en responderles?. Les digo que de inmediato les hará justicia, pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?>>


Interpretación
Jesús aplaude la bondad de su Padre y denigra la actitud prepotente del injusto. Aplaude la fe divina y castiga la justicia terrenal. Y pone al Hombre a reflexionar sobre su fe.

(Lucas: 18, 1-8)