Después del milagro de la Sinagoga, Jesús va a casa de Pedro y de Andrés.

La Suegra de Pedro estaba postrada sufriendo de diversas fiebres. Cuando Jesús la toma de la mano, la levantó y la fiebre la dejó. Ella atendió a sus invitados tranquilamente ante el asombro de todos. Este milagro, fue un mensaje para Pedro el Pescador, quien luego seguiría a Jesús hasta convertirse en uno de sus discípulos más cercanos.


Con la recuperación de la Suegra de Pedro y la curación de otros enfermos y endemoniados por Jesús, se cumplió lo que dijo el profeta Isaías:

"Él quitó todas nuestras dolencias y se llevó nuestras enfermedades.

* Éste fue el quinto Milagro de Jesús.