En una piscina de Jerusalén (Betesda o Siloé), estaban enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Entre todos ellos, estaba un Paralítico cuyo abatimiento estremecía.

Jesús al verlo, se le acercó y le dijo:

"¿Quieres ser curado?"

El Paralítico contestó:

"No tengo a alguien fuerte que me lleve hacia la piscina; hasta que yo vaya, que sea otro."

Jesús respondió:

"Levántate, toma tu camilla y camina."

milagro de jesus sana a un paralitico de siloe

Y sorprendido el Paralítico, se fueron sus males y empezó a caminar agradeciendo.

Los Fariseos se escandalizaron porque Jesús había curado a alguien un día sábado, una fecha sagrada para ellos, pero Jesús les dijo que lo hacía en nombre de Dios, su Padre. Esas palabras los incomodó aun más.