Boz y Rut tuvieron un hijo al que llamaron Obed, padre de Isaí y éste, padre de David (uno de los antepasados de Jesús). Entre los jueces que sucedieron a Josué, estuvo Helí, un sacerdote que cuidaba el Altar. Hasta allí llegó Ana, una mujer que le pedía a Dios la gracia de ser madre. Dios la escuchó, e hizo que Ana diera luz a un niño llamado Samuel. Tiempo después, Ana llevó a su hijo Samuel ante Helí para que sirviera a Dios.


Él lo hizo muy bien, fue bueno y generoso por lo que la gente, aprendió a quererlo. Helí tenia dos hijos que a pesar de ayudarle, hacían cosas malas. Esto indignó a Dios mucho y le anunció que tendrían una trágica muerte. Así, Samuel fue el sucesor y conocido como un juez y profeta divino.

(Mateo 1; Samuel 1, 2, 3)