Abraham era un buen hombre y una persona muy justa. Él vivía en la ciudad de Ur con su Esposa Sara, pero no tenían hijos.

Una día, Dios lo escogió para formar un pueblo suyo que se llamaría "el Pueblo de Dios", para eso le dijo:

"Abraham, deja tu país, a los de tu raza y a la familia de tu Padre. Ve a la tierra prometida que yo te mostraré."

Abraham, atento a la petición de Dios, lo hizo. Acompañado de su Esposa, Lot (Hijo de su hermano) y algunos sirvientes, dejaron Jarán  para dirigirse a Canaán.


Durante el viaje hubo hambruna, pero llegaron a Egipto. Abraham aconsejó a su esposa el que hable con el faraón que era su Hermano, para que los ayude. Cuando Sara terminó su misión, ella y Abraham recibieron buenos obsequios como animales y riquezas para su viaje. Cuando Dios se enteró de las ambiciones del Faraón, castigó a su pueblo con plagas y miseria. Después, Abraham y Lot se separaron. Abraham a Canaán y Lot a Sodoma.

(Génesis 12,13:5)