Cuando llegaron al lago de Genesaret, la gente quiso oír a Jesús. Él vio dos barcos y subió a la de Pedro. Desde el mar él habló, luego dijo a Pedro:
"Echa la red para poder pescar."
Pedro, respondió:
"Maestro, pescamos toda la noche en vano, pero aún así echaré la red."
Y milagrosamente, pescaron tantos peces que las redes se rompían llenando las dos barcas hasta así hundirlas.

Al ver aquel milagro, Pedro se postró a los pies de Jesús y le dijo:
"Apártese de mi Señor, ya que soy pecador."
Santiago y Juan estaban muy sorprendidos, entonces Jesús dijo a Pedro:
"No teman Hombres. Porque ahora podrán pescar."
Tras esto, ellos siguieron a Jesús.
* Tercer milagro de Jesús.